Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris valparaíso. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris valparaíso. Mostrar tots els missatges
dissabte, 28 de novembre del 2009
Pueblos chilenos: fotitis
Etiquetes de comentaris:
fotitis,
Iquique,
san pedro de atacama,
Santiago,
valparaíso
divendres, 25 de setembre del 2009
Info (V). Valparaíso
• Dormir
o Hostal caracol: en el cerro Bellavista, a medio camino entre la base y la Sebastiana, habitaciones correctas con baño y ducha dentro, un salón común, habitación doble, 26000 pesos (35€) no nos quedamos.
o Hotel Robinson Crusoe: justo al lado del caracol, cuenta con un salón es muy acogedor pero con un precio todo lo contrario, 149$ por ser temporada baja, no lo vale ni de lejos.
o Hostal Bellavista: situada en el la parte baja del cerro del mismo nombre, casa reformada para ser utilizada como casa de huéspedes, tiene ocho habitaciones espaciosas con murales pintados, salón común y dos baños, todo muy bohemio. Las dobles cuestan 20000 pesos (25€), excepto la habitación principal de la casa, 25000, pero al ser los únicos huéspedes, nos la dejó por 20000 (de hecho tuvimos toda la casa por 20000, un chollazo) con desayuno incluido.
Fer
o Hostal caracol: en el cerro Bellavista, a medio camino entre la base y la Sebastiana, habitaciones correctas con baño y ducha dentro, un salón común, habitación doble, 26000 pesos (35€) no nos quedamos.
o Hotel Robinson Crusoe: justo al lado del caracol, cuenta con un salón es muy acogedor pero con un precio todo lo contrario, 149$ por ser temporada baja, no lo vale ni de lejos.
o Hotel Brighton: en el cerro Alegre, seguramente bastante más caro, pero con unas vistas inmejorables.
• Comer
o Café del poeta: lugar para charlar y leer, buen café, en la parte baja de Valparaíso, dos cafés especiales, 4250 pesos (6€) visto así, algo caro.
o Restaurante Ola: en lo alto del cerro de Bellavista, a 100 metros de la Sebastiana, platos de pescado caros, y los jueves (bajo petición) menú de degustación de 13 platos, para uno 35000 pesos, para dos 50000 (45 y 68€ respectivamente) en principio con buenas vista, pero no lo sabemos, porque no nos quedamos.
o Cuatro vientos: Otto y su familia nos sirvieron mucho más que una cena en el cerro de Bellavista, por 18000 pesos (24€).
o Café la sebastiana: el café del museo, no se han molestado en hacerlo bonito como debería, es un bar normal, pero lo interesante es que este tipo de lugares siempre son más caros, y éste tiene precios normales, además de un servicio muy amable.
o Suecia – Chile: con este nombre es curioso, probamos los ‘italianos’ que la verdad… dos bocadillos frankfurt con aguacate, tomate y mucha mayonesa, más una cocacola, 1100 pesos (1.5€). En la parte baja de Valparaíso.
Fer
Valpo
La primera impressió, la veritat sigui dita, és de decepció…les nostres expectatives eren molt altes i tant el Prat, com la zona baixa de la ciutat, o les cases dels “cerros” ens semblen cutres. El dia tampoc acompanya, doncs està força núvol i no hi ha gaire, per no dir gens, d´ambient al carrer, però a mesura que anem passejant pels seus carrers enfilats i desafiants als turons que envolten la ciutat...li anem trobant el seu punt...
La posta de sola vista des del cerro Alegre és una meravella, i passejar pels seus carrerons buscant un lloc per sopar o prendre quelcom, o simplement xafardejar a través dels aparadors de les botigues-tallers d´artesania que surten com bolets, li dóna un caire artístic a aquesta muntanya.La gent, també, són d´una amabilitat conmovadora i desprenen un gran carinyo! Hem de dir que els xilens ens han agradat arreu on hem estat, però aquí sembla que estiguin un punt més alt de la mitja, i ja té mèrit en un lloc tant turístic com aquest.
¿crisis?
“No pretendamos que las cosa cambien si siempre hacemos lo mismo”. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y a países porqué la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar “superado”. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y sus penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El problema de la personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonia. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora la mejor de cada uno, porqué sin crisis todo viento es caricia.
L´endemà vistem La Sebastiana, la casa que Neruda es va fer construir a la part més alta del cerro Bellavista, en un lloc privilegiat on li entrava el Pacífic per tots els racons i escletxes de casa seva...ens recorda la casa de Dalí de Port-lligat, aquesta una mica menys excèntrica i més vivible...
Sortint ens trobem a l´ Eva Maria, una noia alemanya amb qui vam coincidir fent sandboarding a San Pedro de Atacama ara fa més d´una setmana. Celebrem la coincidència fent un cafè plegats i acabem la nostra visita a la ciutat arribant al cerro Artilleria, pujant en ascensor per contemplar el port, la badia i les taques colorejades de les cases que espurnegen la nostra vista.
Així doncs, marxem amb un bell somriure d´aquesta ciutat, hem conegut a l´Otto, i molt més.
Mir
Otto: una habitación con vistas
Mientras buscamos un sitio donde alojarnos vemos de reojo un café, los 4 vientos, que nos da buena vibra. Una vez instalados en el hostal, agarramos diversas tarjetas de locales y actividades diversas, y entre ellas vuelve a salir la del café los 4 vientos…
Después de dar una vuelta por Valpo y ver como anochece, decidimos ir a cenar…y como en la película de Amélie, la tarjeta vibra en mi bolsillo…llegamos a Héctor Calvo 331, en el cerro Bellavista, y des de fuera vemos un cálido local. Nos recibe en la puerta un señor de tez rosácea y pelo blanco que nos invita a pasar.
Sólo entrar nos sentimos bien…es como estar en casa…nos sentamos en una de las 3 o 4 mesas que hay en este espacio que parece más el comedor de casa de los abuelos que un restaurante…y empieza la magia…
Antes de cenar conversamos un poco, pero es sobre todo con la sobremesa que Otto, de quien conocemos su nombre justo antes de irnos, nos regala uno de los momentos más bonitos del viaje.
Hijo de inmigrante alemán, Otto regenta esta habitación con vistas junto a su hija, después de haber llevado un camión muchos años de su vida de Arica a Chiloé. Y ahora, jubilado de su profesión, sigue siendo un viajero incansable…pues cada noche se sienta, junto con sus hijos, en el sofá que da la espalda a la calle, y descubre lugares fascinantes de la mano de los viajeros, que como nosotros, tenemos la suerte de encontrarle…
Pero no es él sólo quien viaja, somos los otros quienes nos maravillamos de conocer a un abuelo con tantas ganas de conocer y de contar, de saber y de regalar…nos cuenta anécdotas de su juventud, de momentos difíciles de su país, de los viajes (físicos) que le gustaría hacer…y nos pregunta, nos cuestiona, nos hace pensar…y llegar a la conclusión que es un GRAN hombre…transmitiéndonos el deseo de querer vivir con la misma plenitud e intensidad que él nos ha mostrado, tanto ahora como al llegar a su edad…
Salimos embriagados de felicidad, no sólo Otto (nombre de bautizo Enrique) es el abuelo que todos querríamos tener (aunque debo decir que yo tengo una abuela que sería su versión en femenino) sinó que nos encanta la relación que toda la familia tiene…conocemos a sus tres hijos, uno de ellos es el cocinero del restaurante, y también a una nieta…y entendemos que Otto, y su café, son el ombligo de esta familia tan rica.
Para colofón, nos regala un souvenir muy lindo que él mismo hace: un cerro de madera con casitas de colores…un recuerdo físico que colgaremos en nuestro comedor en Barcelona.
Mir
Después de dar una vuelta por Valpo y ver como anochece, decidimos ir a cenar…y como en la película de Amélie, la tarjeta vibra en mi bolsillo…llegamos a Héctor Calvo 331, en el cerro Bellavista, y des de fuera vemos un cálido local. Nos recibe en la puerta un señor de tez rosácea y pelo blanco que nos invita a pasar.
Antes de cenar conversamos un poco, pero es sobre todo con la sobremesa que Otto, de quien conocemos su nombre justo antes de irnos, nos regala uno de los momentos más bonitos del viaje.
Pero no es él sólo quien viaja, somos los otros quienes nos maravillamos de conocer a un abuelo con tantas ganas de conocer y de contar, de saber y de regalar…nos cuenta anécdotas de su juventud, de momentos difíciles de su país, de los viajes (físicos) que le gustaría hacer…y nos pregunta, nos cuestiona, nos hace pensar…y llegar a la conclusión que es un GRAN hombre…transmitiéndonos el deseo de querer vivir con la misma plenitud e intensidad que él nos ha mostrado, tanto ahora como al llegar a su edad…
Salimos embriagados de felicidad, no sólo Otto (nombre de bautizo Enrique) es el abuelo que todos querríamos tener (aunque debo decir que yo tengo una abuela que sería su versión en femenino) sinó que nos encanta la relación que toda la familia tiene…conocemos a sus tres hijos, uno de ellos es el cocinero del restaurante, y también a una nieta…y entendemos que Otto, y su café, son el ombligo de esta familia tan rica.
Para colofón, nos regala un souvenir muy lindo que él mismo hace: un cerro de madera con casitas de colores…un recuerdo físico que colgaremos en nuestro comedor en Barcelona.
Mir
Subscriure's a:
Missatges (Atom)